Aunque no me esperes,
no me creas, no me secuestres.
Aunque no te acompañe
en la biografía,
Aunque no te derrita
el sueño la sonrisa.
Aunque el final no dibuje
las espinas, y la ceniza
no amarillee las arrugas,
cuando abras los ojos
yo seguiré a tu lado.
Aunque no remarques
las medrosas antipatías,
y la silla no se reste
del paisaje, del pronombre,
de la conjunción,
de la cornisa enferma,
aunque no las remiendes
cuando abras el álbum
de estampados siniguales,
yo seguiré a tu lado.
Aunque te desprecies,
te empeñes en rajar los sinónimos
te patees la gramática
estornudes las sombras
y empapes los adverbios
con los restos, y acostumbres
a cegar las madrugadas
con alcantarillas declinadas en futuro,
aunque lo afirmes todo
con secretos en sueños,
piensa que cuando
abras los ojos,
yo seguiré a tu lado.
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